Tras 8 meses de embarazo, la hora del parto se acercaba y Vanessa tenía todo preparado. Alvaro había estado trabajando horas extra y los padres de ambos contribuyeron para comprar 3 cunas, ropa para cada uno, un carrito para trillizos muy caro, etc. Además de un montón de obras en casa para adaptarlo todo a los bebés.
Tras un largo parto de 12 horas, los esperados trillizos nacieron sanos y sin ningún problema, tres niñas rubias llamadas María Ana y Mónica.
Vanessa las vestía a las tres iguales y estaba muy ilusionada, sus hijas eran preciosas y era súper difícil confundirlas. La vida en casa era una locura: cuando una dormía, la otra lloraba y la despertaba y así sucesivamente.
Pronto fueron a la guardería y sus compañeros no podían saber cual era cada una y las confundían constantemente pero con el tiempo se fueron acostumbrando. Llamaban mucho la atención y todo el mundo las miraba por la calle. Llevaban una vida muy peculiar, además de tener la misma edad, eran iguales físicamente y esto estaba bien para algunas situaciones pero no para todas.
Las chicas crecían y ya tenían 12 años y entraron en el instituto, eran guapísimas y muy populares. Con el tiempo, fueron desarrollando características individuales. María era muy buena con las matemáticas y las ciencias, en cambio Ana sacaba muy malas notas pero era una gran atleta y a Mónica le apasionaba la música.
Al principio siempre estaban juntas pero al pasar el tiempo se fueron distanciando.
María, sacó matrícula de honor en el instituto pero al llegar a la universidad, conoció a un grupo de chicas rebeldes y comenzó a ir de fiesta en fiesta bebiendo mucho y suspendiendo casi todas las asignaturas.
Cogió mucha manía a sus hermanas y decía que la causa de todos sus problemas era tener dos hermanas idénticas a ella y que así no podría tener su propia y única personalidad.
Ana estuvo en el club de atletismo, se cuidaba muchísimo y el tiempo que no utilizaba en estudiar lo empleaba en tiempo de entrenamiento. Fue campeona de España en salto de longitud y en velocidad. Estaba obsesionada por los deportes y nunca bebía ni fumaba por eso rechazaba el nuevo mundo de su hermana María. Comenzó a distanciarse de ella. Captó la atención de un caza talentos que la llevo a lo más alto en el mundo de la moda. Y fue Miss Mundo en el año 2010.
Quería mucho a sus hermanas y les hizo ver que por muy iguales que fueran, cada una tenía cualidades que las hacían únicas y que nadie podría confundirlas como cuando eran pequeñas. Las otras dos hermanas se dieron cuenta y decidieron ayudarse las unas a las otras.
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